
Formación Practitioner AEV

¿Qué son las emociones?
“Son estados Funcionales de todo el organismo que implican a la vez procesos fisiológicos (orgánicos) y psicológicos (mentales)”
S. Bloch(2003)
Como dijo Darwin en 1878:”Las emociones son adaptativas”. Esta premisa conlleva que las experiencias que mejor caracterizan a las emociones básicas son aquellas en las que el organismo se encuentra corporalmente activado y preparado para la acción.
Sin embargo, hoy en día, los seres humanos viven en emociones mixtas, lo que nos puede provocar confusión, cierto malestar y tenemos que aprender a regularlas y a gestionarlas.
Durante muchos años, los psicólogos experimentales no aceptaban la introspección como un importante elemento de acceso al mundo subjetivo.
Este enfoque retrasó durante mucho tiempo el estudio integral de las emociones. Las vivencias, sus pensamientos y toda su profundidad interior, es decir, su mundo subjetivo, no podrían ser ni observados, ni analizados sino por la persona misma, a través de este proceso de introspección, aun cuando puede ser comunicado a través del lenguaje, sea este verbal (palabras, escritos), no verbal (facial, gestual, corporal) o desde otras indicadores sobre los cuales poco se sabe.
Nosotros tenemos la capacidad de detectar estos signos no verbales y nuestros juicios basados en ellos suelen ser extremadamente concordantes con el de otras personas.
Después de cuatro años de dura experimentación con las emociones Susana Bloch junto con sus colaboradoes consiguió resultados medibles, válidos y publicaciones sobre las emociones. Lo que le proporcionó el apoyo de las autoridades científicas del CNRS, de la importancia del tema.
El haber logrado determinar objetivamente parámetros fisiológicos-expresivos precisos para cada una de las emociones básicas y luego, haber desarrollado un método para su aplicación práctica, permite que tengamos una poderosa herramienta de acceso al mundo interior y la capacidad de expresar adecuadamente lo que sentimos. De esta manera, nos podemos enfrentar a los problemas, malestares, fantasmas y búsquedas espirituales desde la base de las emociones puras conectadas al cuerpo lo que da una base psicológica sólida y concreta.
Redefiniendo por tanto, lo que es una emoción desde esta mirada integral y holística, podemos decir que: “Las emociones son un complejo estado funcional de todo el organismo que implica una actividad fisiológica, un comportamiento expresivo y una experiencia interna, sin proponer un orden secuencial de estos tres niveles”. Creo que en estos momentos un enfoque exclusivamente cognitivo del fenómeno emocional es insuficiente.
Como ya he dicho en artículos anteriores el impacto de los mensajes que recibimos por las vía sensoriales dependen más de la carga emocional que de su contenido racional.
“La teoría de William James”
William James, notable médico, psicólogo y filósofo estadounidense, fundador del pragmatismo junto con el gran pedagogo John Dewey y C. Sanders Peirce fue uno de los primeros en intentar descubrir en forma sistémica la relación que existe entre la experiencia subjetiva de la emoción y la activación corporal. En 1884 (justo después de la publicación del Libro de Darwin sobre las Emociones, en donde estableció la universalidad de las emociones básicas a través de su corporalidad y expresión facial) planteó la teoría de que la experiencia emocional es secundaria a la percepción de los cambios corporales. Esta teoría se conoce con el nombre de James-Lange, ya que en la misma época, el fisiólogo danés Carl Lange desarrolló en forma independiente básicamente las mismas ideas.
En palabras de W.James:
“Los cambios corporales siguen directamente a la percepción del factor excitatorio y que nuestra experiencia de esos cambios corporales que están ocurriendo es la Emoción misma (revista “Mind” 1884). La frecuencia cardiaca y el ritmo respiratorio juegan un rol primordial en todas las emociones y también, lo relevante es la activación de los músculos voluntarios en nuestras estados emocionales”
Como bien sabemos, en los estados depresivos los músculos flexores tienden a prevalecer, en la alegría o en los estados de excitación los extensores comienzan a funcionar, etc.
Por lo tanto, sin los cambios corporales que siguen a la percepción del evento externo, nuestras vivencias serían únicamente cognitivas, pálidas y descoloridas, sin calor emotivo.
Todos somos capaces de percibir la corporalidad de los estados emocionales, en palabras de James: “Cualquier acto voluntario que implique despertar las llamadas manifestaciones (corporales) de una emoción dada, debería darnos la emoción misma”
Así bien, ejecutando voluntariamente los patrones respiratorios-posturo-faciales específicos descubiertos en los años 70 (tras una exhaustiva investigación científica) por la Psicofisióloga Alemana Susana Bloch estaremos vivenciando las emociones básicas esenciales, es decir, el Sistema de gestión emocional Alba Emoting.
A partir de aquí, cuando entramos en esta experiencia de las emociones básicas puras a través de la activación de estos patrones conectamos con los elementos que nos están generando malestar, liberamos, expresamos y podemos modular las emociones.
Hasta hace muy poco, la visión convencional de la neurociencia ha sido que el ojo, el oído y otros órgano sensoriales transmiten señales al tálamo y desde ahí a las regiones del neocórtex que se encargan de procesar las impresiones sensoriales y organizarlas, tal y como las percibimos.
Desde el córtex prefrontal, se creía que las señales se enviaban al sistema límbico y, desde ahí, las vías eferentes irradian las respuestas apropiadas al resto del cuerpo. Ésta es la forma en la que funciona la mayor parte del tiempo, pero Ledoux descubrió, al lado de la larga vía neural que va al córtex, la existencia de una pequeña estructura neuronal que comunica directamente el tálamo con la amígdala. Esta vía secundaria y más corta, es un atajo que permite que la amígdala reciba algunas señales directamente de los sentidos y emita una respuesta antes de que sean registrados por el neocortex.
El hallazgo de Ledoux ha revolucionado la idea prevalente sobre los caminos seguidos por las emociones a través de su investigación del miedo en los animales.
Según Ledoux: “anatómicamente hablando, el sistema emocional puede actuar independientemente del neocórtex. Existen ciertas reacciones y recuerdos emocionales que tienen lugar sin la menor participación cognitiva consciente”.
La amígdala puede albergar y activar repertorios de recuerdos y de respuestas que llevamos a cabo sin que nos demos cuenta del motivo por el que lo hacemos, porque el atajo que va del tálamo a la amígdala deja totalmente de lado al neocórtex. Este atajo permite que la amígdala sea una especie de almacén de las impresiones y los recuerdos emocionales de los que nunca hemos sido plenamente conscientes. Y es Ledoux quien afirma el papel subterráneo desempeñado por la amígdala que explica la relación con la memoria. Así bien, es el hipocampo el que registra los hechos y la amígdala la encargada de registrar el clima emocional.
Y es en este momento, según los descubrimientos de Ledoux, donde el Método Alba Emoting es fundamental. Los seres humanos vivimos sumergidos en Emociones mixtas. Ellas forman parte permanente de nuestra vida proporcionándole textura y color y también, desconcierto y caos.
Con el Método Alba Emoting podemos conectar con el esqueleto de las emociones básicas.
El juego de las emociones mixtas se adhiere al de las emociones básicas, permitiendo que la textura y los colores de las emociones mixtas tengan organicidad. Las emociones mixtas giran vertiginosamente alrededor de este esqueleto que las soporta.
Las emociones básicas se caracterizan, por ser universales y comunes a la especie, por estar en gran parte determinadas biológicamente, por tener un rol fundamental para la sobrevivencia de la especie y por aparecer tempranamente en el desarrollo humano.
Cuando conectamos con las emociones básicas en estado puro (ya que como he dicho anteriormente, las emociones que vivimos son en estado mixto) podemos entrar en esa vivencia primigenia de la Amígdala y borrar los datos registrados en el hipocampo al entrar en las emociones básicas puras.
El descubrimiento científico de los patrones efectores junto con la vivencia corporal ha supuesto una transformación en el campo de la neuropsicología y concretamente, en el desarrollo y mejora del trabajo sobre las emociones.
Poder entrar en las emociones básicas a través de las herramientas del Alba Emoting, nos permite dar un salto cualitativo y cuantitativo en nuestro conocimiento personal. Ya que es un método revolucionario que facilita la modulación de las emociones de manera simple y directa.
En la medida que conectamos y manejamos estas emociones básicas, liberándolas a través de los patrones que enseñamos desde el Alba Emoting, podemos relacionarnos y movernos con más comodidad, más tranquilidad y autoregularnos de manera más eficiente sin que nos tumben o nos arrastren los aguas emocionales.
Podemos darnos más cuenta de lo que nos sucede, de lo que ocurre a nuestro alrededor y no entrar en preocupaciones, ni sufrimientos, al ser más conscientes de cada vivencia que nos sobreviene.
Cuando hacemos los patrones vamos directamente al origen del problema. Entramos en la experiencia absolutamente natural de la emoción y caminamos con solidez y elegancia manteniendo la calma.
No nos abruman las situaciones o momentos estresantes en exceso ya que reseteamos, limpiamos y volvemos a salir con armonía y bienestar. Por lo tanto, eso nos lleva a un autoconocimiento y descubrimiento de nuestra naturaleza humana, sin pesos, sin cargas, sin nada que nos haga tremolar.
Construir una base sólida de nuestro mundo emocional es el camino del Alba Emoting para poder llegar a ser más conscientes de lo que va aconteciendo día a día. Una toma de conciencia que nos permite liberarnos de ciertas confusiones y disfrutar plenamente con nosotros y con los otros. Y como decía Einstein: “Conocer bien a los otros es inteligente, pero conocerse bien a uno mismo es sabiduría”
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