Hasta hace muy poco, la visión convencional de la neurociencia ha sido que el ojo, el oído y otros órgano sensoriales transmiten señales al tálamo y desde ahí a las regiones del neocórtex que se encargan de procesar las impresiones sensoriales y organizarlas, tal y como las percibimos.
Desde el córtex prefrontal, se creía que las señales se enviaban al sistema límbico y, desde ahí, las vías eferentes irradian las respuestas apropiadas al resto del cuerpo. Ésta es la forma en la que funciona la mayor parte del tiempo, pero Ledoux descubrió, al lado de la larga vía neural que va al córtex, la existencia de una pequeña estructura neuronal que comunica directamente el tálamo con la amígdala. Esta vía secundaria y más corta, es un atajo que permite que la amígdala reciba algunas señales directamente de los sentidos y emita una respuesta antes de que sean registrados por el neocortex.
El hallazgo de Ledoux ha revolucionado la idea prevalente sobre los caminos seguidos por las emociones a través de su investigación del miedo en los animales.
Según Ledoux: “anatómicamente hablando, el sistema emocional puede actuar independientemente del neocórtex. Existen ciertas reacciones y recuerdos emocionales que tienen lugar sin la menor participación cognitiva consciente”.
La amígdala puede albergar y activar repertorios de recuerdos y de respuestas que llevamos a cabo sin que nos demos cuenta del motivo por el que lo hacemos, porque el atajo que va del tálamo a la amígdala deja totalmente de lado al neocórtex. Este atajo permite que la amígdala sea una especie de almacén de las impresiones y los recuerdos emocionales de los que nunca hemos sido plenamente conscientes. Y es Ledoux quien afirma el papel subterráneo desempeñado por la amígdala que explica la relación con la memoria. Así bien, es el hipocampo el que registra los hechos y la amígdala la encargada de registrar el clima emocional.
Y es en este momento, según los descubrimientos de Ledoux, donde el Método Alba Emoting es fundamental. Los seres humanos vivimos sumergidos en Emociones mixtas. Ellas forman parte permanente de nuestra vida proporcionándole textura y color y también, desconcierto y caos.
Con el Método Alba Emoting podemos conectar con el esqueleto de las emociones básicas.
El juego de las emociones mixtas se adhiere al de las emociones básicas, permitiendo que la textura y los colores de las emociones mixtas tengan organicidad. Las emociones mixtas giran vertiginosamente alrededor de este esqueleto que las soporta.
Las emociones básicas se caracterizan, por ser universales y comunes a la especie, por estar en gran parte determinadas biológicamente, por tener un rol fundamental para la sobrevivencia de la especie y por aparecer tempranamente en el desarrollo humano.
Cuando conectamos con las emociones básicas en estado puro (ya que como he dicho anteriormente, las emociones que vivimos son en estado mixto) podemos entrar en esa vivencia primigenia de la Amígdala y borrar los datos registrados en el hipocampo al entrar en las emociones básicas puras.
El descubrimiento científico de los patrones efectores junto con la vivencia corporal ha supuesto una transformación en el campo de la neuropsicología y concretamente, en el desarrollo y mejora del trabajo sobre las emociones.
Poder entrar en las emociones básicas a través de las herramientas del Alba Emoting, nos permite dar un salto cualitativo y cuantitativo en nuestro conocimiento personal. Ya que es un método revolucionario que facilita la modulación de las emociones de manera simple y directa.
En la medida que conectamos y manejamos estas emociones básicas, liberándolas a través de los patrones que enseñamos desde el Alba Emoting, podemos relacionarnos y movernos con más comodidad, más tranquilidad y autoregularnos de manera más eficiente sin que nos tumben o nos arrastren los aguas emocionales.
Podemos darnos más cuenta de lo que nos sucede, de lo que ocurre a nuestro alrededor y no entrar en preocupaciones, ni sufrimientos, al ser más conscientes de cada vivencia que nos sobreviene.
Cuando hacemos los patrones vamos directamente al origen del problema. Entramos en la experiencia absolutamente natural de la emoción y caminamos con solidez y elegancia manteniendo la calma.
No nos abruman las situaciones o momentos estresantes en exceso ya que reseteamos, limpiamos y volvemos a salir con armonía y bienestar. Por lo tanto, eso nos lleva a un autoconocimiento y descubrimiento de nuestra naturaleza humana, sin pesos, sin cargas, sin nada que nos haga tremolar.
Construir una base sólida de nuestro mundo emocional es el camino del Alba Emoting para poder llegar a ser más conscientes de lo que va aconteciendo día a día. Una toma de conciencia que nos permite liberarnos de ciertas confusiones y disfrutar plenamente con nosotros y con los otros. Y como decía Einstein: “Conocer bien a los otros es inteligente, pero conocerse bien a uno mismo es sabiduría”
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